SATÉLITES

¿Qué es un satélite?


La definición de satélite puede ser un poco amplia: cualquier objeto, natural o artificial, que orbite o circule alrededor de otro más grande. En esa definición entra la Luna, que órbita alrededor de la Tierra y, los satélites artificiales, que también dan vueltas alrededor de nuestro planeta. Asimismo, hay dos tipos de satélitesnaturales y artificiales, como ya mencionábamos. 
En el caso de la Tierra solamente hay un satélite natural, la Luna, pero en el Sistema Solar existen cientos de satélites. El planeta que tiene más satélites orbitando sobre sí es Saturno, con un total de 53.
Los satélites creados por el Hombre y que han sido puesto en órbita son los llamados artificiales y, el primero de ellos fue el Sputnik, lanzado por los rusos en octubre de 1957. Éste, tenía un diámetro de 56 centímetros y pesaba 83 kilos, siendo capaz de apuntar varios puntos de la superficie terrestre con una especie de luz de radio.
Cada satélite está compuesto de 4 partes: fuente de poder, control de acción, antena para transmitir y recibir información y, un sistema para recolectar información. Estas cuatro partes son necesarias para que un satélite artificial sea funcional; los satélites fabricados por el Hombre varían mucho en complejidad y van desde estaciones meteorológicas a la Estación Espacial Internacional.

¿Cómo se mantiene un satélite en orbita?


Los satélites artificiales flotan en el espacio indefinidamente, incluso después de cumplir con su misión o tiempo de uso. Estos no caen gracias a dos cosas: su velocidad, que debe ser superior a los 8 kilómetros por hora, y la propia curvatura de la Tierra.
Los satélites tienden a caer de forma continua, pero gracias a la curvatura lo hará alrededor del Planeta, sin entrar nunca a la atmósfera, volviendo a su posición inicial. Los satélites pueden orbitar en diferentes zonas, las que varían según su distancia con respecto a la Tierra. La ubicación de un satélite, depende del uso que se le quiere dar, generalmente los satélites de comunicaciones son los que están más lejos.
Actualmente hay cerca de medio millón de satélites artificiales orbitando la Tierra, pero parte importante de ellos están es desuso, formando parte de la basura espacial. A medida que aumenta la cantidad de satélites, crece el peligro de que un satélite choque con el otro.
La Estación Espacial Internacional se ha visto obligada a maniobrar para evitar que piezas de chatarra golpeen alguna de sus zonas. Las agencias astronómicas, buscan formas de devolver estos satélites en desuso a la Tierra o reciclarlos en el mismo espacio entregándoles una nueva función.
Satélite de comunicaciones
El 10 de julio de 1962 se lanzó el Telstar, primer satélite de telecomunicaciones.

Los satélites de comunicaciones son un medio para emitir señales de radio y televisión desde unas zonas de la Tierra hasta otras , ya que se utilizan como enormes antenas suspendidas del cielo. Las frecuencias que manejan son elevadas, en el rango de los GHz. La elevada direccionalidad de las antenas utilizadas permite "alumbrar" zonas concretas de la Tierra. El primer satélite de comunicaciones, el Telstar 1, se puso en órbita el 10 de julio en 1962, teniendo lugar la primera transmisión de televisión vía satélite ese mismo año.

Bandas de frecuencias utilizadas por los satélites

Cuando se trata de satélites de comunicaciones, la porción del espectro radioeléctrico que utilizarán lo determina prácticamente todo: la capacidad del sistema, la potencia y el precio. Las longitudes de onda diferentes poseen propiedades diferentes. Las longitudes de onda largas pueden recorrer grandes distancias y atravesar obstáculos. Las grandes longitudes de onda pueden rodear edificios o atravesar montañas, pero cuanto mayor sea la frecuencia (y por tanto, menor la longitud de onda), más fácilmente pueden detenerse las ondas.
Cuando las frecuencias son lo suficientemente altas (hablamos de decenas de gigahertz), las ondas pueden ser detenidas por objetos como las hojas o las gotas de lluvia, provocando el fenómeno denominado "rain fade". Para superar este fenómeno se necesita bastante más potencia, lo que implica transmisores más potentes o antenas más enfocadas, que provocan que el precio del satélite aumente.
La ventaja de las frecuencias elevadas (las bandas Ku y Ka) es que permiten a los transmisores enviar más información por segundo. Esto es debido a que la información se deposita generalmente en cierta parte de la onda: la cresta, el valle, el principio o el fin.
El compromiso de las altas frecuencias es que pueden transportar más información, pero necesitan más potencia para evitar los bloqueos, mayores antenas y equipos más caros. Concretamente, las bandas más utilizadas en los sistemas de satélites son:

Banda L.
  • Rango de frecuencias: 1.53-2.7 GHz.
  • Ventajas: grandes longitudes de onda pueden penetrar a través de las estructuras terrestres; precisan transmisores de menor potencia.
  • Inconvenientes: poca capacidad de transmisión de datos.
Banda Ku.
  • Rango de frecuencias: en recepción 11.7-12.7 GHz, y en transmisión 14-17.8 GHz.
  • Ventajas: longitudes de onda medianas que traspasan la mayoría de los obstáculos y transportan una gran cantidad de datos.
  • Inconvenientes: la mayoría de las ubicaciones están adjudicadas.
Banda Ka.
  • Rango de frecuencias: 18-31 GHz.
  • Ventajas: amplio espectro de ubicaciones disponible; las longitudes de onda transportan grandes cantidades de datos.
  • Inconvenientes: son necesarios transmisores muy potentes; sensible a interferencias ambientales.
Banda C.
  • Rango de frecuencias: 3.4-6.4 GHz.
  • Ventajas: Es menos suceptible a efectos climaticos como la lluvia comparado con la banda KU y Ka
  • Inconvenientes: Los costos por equipamiento es un poco más elevado que la Banda Ku;

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